Intento de traducción:
“En coche no vuelven los kilómetros que pasan
discursos que te cambian
e imágenes que pasan
y se quedan aquí.
Lo necesito, lo sé
Sentir que
Dentro hay
Ganas de reir
Alguna cosa en que creer
Y cada día cojo un recuerdo que tengo escondido “lejos del tiempo”
Junto a las miradas veloces, momentos que llevo conmigo
Y si te parases por un momento
Podrías entender realmente que es esto lo que intento decirte desde hace casi una vida
Lo llevo conmigo
Eres parte de mi."
Estar tan lejos y sola me ayuda a crecer, a ser realmente yo en otras coordenadas en las que no hay nada preestablecido, sólo yo. Más activa, más despierta, más agradecida. Siento que aprovecho cada día (aunque no haga nada de provecho), que el tiempo se mide con otro tipo de reloj, el de las experiencias, del aprendizaje...Y al volver a España todo se derrumba. Vuelvo a un estado que parece que ya no me aporte nada (y sé que no es cierto, que sólo es el cambio y que todo necesita un periodo de adaptación) pero mi mente está en Italia y mi cuerpo espera a acompañarla.
Porque cuando estaba allí una corazonada, un impulso irracional me mantenía viva y optimista las 24 horas del día, tenía un mundo delante que explorar y descubirir, y ahora ese sentimiento se ha esfumado de mi pecho, simplemente sigo viviendo, pero ya no es lo mismo (...qué trascendental!). Siento que me estoy perdiendo cosas por estar aquí, y me da miedo pensar que cuando vuelva, esa corazonada de optimismo y fuerza no vuelva conmigo (y era genial sentirse así).
(*Fragmento de Zero Assoulto: “Sei parte di me”)