Hoy toca clase de arte (que venga Emilio y me lea!).
Siglo XV, Quattrocento italiano, Florencia: Il Duomo (o catedral en castellano).
[Foto1: Vista del Duomo desde el Piazzale Michelangelo]
Il Duomo, o “Cattedrale di Santa María del Fiore” es, según dicen, uno de los edificios del gótico italiano más bonitos del país. Y en efecto, la primera vez que lo ví desde la ventanilla del taxi, abrí los ojos como platos y pensé: “no puedo creer que vaya a vivir aquí”.
[Foto 2: Fachada del Duomo y el Campanile]
Todo su exterior está milimétricamente decorado, no hay ni una sola esquina sin cubrir con mármol (blanco, verde y rojo). Y tardé una semana en poder sacar la cámara de fotos porque nunca había visto una fachada igual. Me resultaba inabarcable, in-encuadrable...mi vista se perdía entre mosaicos, esculturas, columnas... Y cuando por fín asimilé la profusión de la decoración (y tamaño), recaí en su cúpula, un proyecto arquitectónico incomparable (de Brunelleschi). El arquitecto Leon Battsita Alberti decía de ella que tenía que ser lo suficientemente grande como para cubrir con su sombra a todos los toscanos.
En la época, la dignidad de una ciudad se medía por la grandeza de sus edificios, y Florencia se estaba quedando atrás de sus mayores rivales (Pisa y Siena). Así que en 1294 el consejo decidió construir una catedral “de magnificencia absoluta, de modo que la fuerza y la industria del hombre nunca sea capaz de crear una empresa tan vasta y bella”. El edificio tendría que ser “tan maravilloso que superase cualquier cosa...como construído en los tiempos gloriosos de los griegos y los romanos”.
Y lo consiguieron. Es el edificio de referencia de la ciudad. De entre las callecitas estrechas y caóticas del centro surge il Duomo imponente, y desde casi cualquier punto de la ciudad asoma con gracia la cúpula para orientar a los perdidos turistas (y a mi).
En Italia el arraigo del gótico es precario; la intensidad de la tradición clásica contribuye a recibir con recelo un estilo bárbaro, cuyas raíces estilísticas rompen, especialmente en arquitectura, con los legados de las civilizaciones mediterráneas; la bóveda de crucería y sus sistemas de distribución de pesos son considerados herejías por los constructores.
Los puntos claves del gótico religioso italiano son:
1. Clasicismo, que se evidencia en los arcos de medio punto o en arcos tan livianamente apuntados que ofrecen un aspecto redondeado.
2. Ausencia de arbotantes, lo que exige en el exterior la utilización de pilares más robustos como soporte de la bóveda.
3. Policromía, mediante mármoles de colores, en la línea ornamental del románico italiano.
4. Predominio de la horizontalidad, escasa altura de los edificios, franjas horizontales en el paramento, que subrayan el paralelismo con el suelo. Solamente la torre, como en los siglos del románico, despega verticalmente su silueta, ahora adosada al edificio.
2 comentarios:
jajaja...
Blog dedicado a Emilio...
el tio hablaba como si supiera mogollon de arte y a ese le sacabas de las historias antiguas y no tenia ni papa...
jajajaja...
me ha gustado cnd dices "la primera vez que lo vi por el taxi no te creiste que ibas a vivir en esa ciudad"...o algo asi...eso creo, nos ha pasado a todos...
a mi si...
besos...
mola tu blog pequeña!
Jejeje...no tenía ni idea, pero qué grande era! A veces echo de menos aquellos tiempos!
Al ppio el Duomo impresiona, pero cuando lo ves cada día y a todas horas, acabas acostumbrándote y pierde la magia...una pena!
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