martes, 1 de julio de 2008

La libélula vaga de una vaga ilusión

Y es que a veces pasa. La sornisa se pierde en el espejo y se van las ganas de entrar a buscarla. Se van las ganas. Las ganas de empezar de nuevo (y acabar de nuevo) y luego vuelta a empezar.

Porque se empieza a echar de menos todo lo que era y aquí (aún) no es. Se echa de menos. Y a veces el corazón te dice “basta”; y te pide volver a las confidencias entre cafés, a las risas entre burbujas, al silencio amable y tranquilo de la buena compañía, a la confianza de los de siempre, a las viejas historias que se recuerdan cada semana...y a esas nuevas en las que parece que ya no estés.

Porque pide ser parte de algo. Y construirlo cuesta tanto...


A volte capita. Il sorriso si perde nello specchio e non viene la voglia di entrare a cercarlo. Non viene. La voglia di ricominciare (e ri-finire), e poi ricominciare ancora.

Perche comincia a mancare tutto quello che c’era e qui (ancora) non c’è. Manca. E a volte il cuore ti dice “basta”; e ti chiede di ritornare alle confidence fra caffès, alle risate fra “bolle¿?”, al silenzio gentile e tranquillo della buona compagnia, alla fiducia di quelli di sempre, alle vecchie storie che si riccordano ogni settimana...e a quelle nuove dove sembra che non ci sei più.

Perche chiede essere parte di qualcosa. E costruirlo costa tanto...

1 comentario:

Guillermo dijo...

Para darte cuenta de lo realmente importante, a veces toca sufrir o vivir con una rutina poco divertida. Lo importante es darse cuenta y querer cambiarlo, y tú, nena, puedes cambiar el mundo!!!
Un besote.