[Foto 1: Mi mimo del día con la catedral detrás]
Pero como los sabios dicen, no hay mal que por bien no venga, y tras varias tentativas, nos embarcamos en un Intercity con parada en Bolonia. Mientras atravesábamos la Toscana y Emilia Romagna, el tren tuvo inglés, castellano acento español (y sus correspondientes burlas), castellano acento costarricense, mexicano...de todo, menos italiano. Y a las 10.30...Bolonia a mis pies.
[Foto 2: Las dos torres y la telaraña eléctrica]
Nuestro "guía" nos guió más bien poco, así que fui medio perdida todo el día, pero valió la pena. Dicen que es la ciudad con más pórticos del mundo (50 km), y en efecto, todas las calles por las que pasé estaban porticadas. Comparada con Florencia, Bolonia me pareció una ciudad más viva, de espacios más abiertos, más alegre, y con ese toque artístico de ciudad histórica que la hace más especial...pero sólo son impresiones de unas cuantas horas. (Por lo menos, la parte artística "de calle" parecía mejor cuidada que en Florencia).
Donato nos llevó a ver la Piazza de Nettuno (el agua sale del pecho de las mujeres...), el Duomo (al que no entramos),la iglesia de no se quién (porque había dos angelitos de Michelangelo), a la puerta de 3 museos y al interior de uno, a las dos torres (una de ellas inclinada) y a las Siete Iglesias (un complejo compuesto por siete iglesias diferentes que se fueron construyendo una al lado de la otra en distintos tiempos...qué bien me explico!!A pesar de todo, muy interesante, me gustó).
La cuestión es que estuve más tiempo parada decidiéndo dónde ir que yendo, así que no pude ver mucho más. Me queda pendiente una re-visita para callejear y perderme por la ciduad (e ir de compras con Betta, mi compi de piso).
[Foto 4: El grupo al completo]